miércoles, 3 de enero de 2007

A la vejez...


Estoy dividida señores; me encuentro confusa entre dos "yo".
La remodelación de la casa está llegando a su fin. Así que esta noche vuelvo a dormir en mi casa.
Lo que en principio iba a ser un armario ha terminado siendo por obra y gracia del dios de las gangas un dormitorio completo.
Lo que pasa es que al mismo tiempo que la niña de trece años que fuí lleva todo el día saltando de alegría porque ahora tiene su propia habitación la mujer de veinticinco que soy se siente un poco avergonzada de que sus padres le monten un dormitorio en su casa.^^UU

Me he pasado toda mi vida queriendo mi propio cuarto donde poder leer antes de acostare sin aguantar los gritos de mi hermana ni que mis libros compartieran estantería con sus peluches y ahora no sé que sentir.

Para colmo al montador no se le ocurre otra cosa que decirme que no ponga libros ni cosas de peso en las estanterías, que solo peluches. ¬¬UU Joder, ¿no crees que estoy yo ya mayorcita para llenarme la habitación de muñecos?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso te lo ha dicho porque te ha visto más jovencita todavía :)

(Y yo tengo montones de peluches por ahí, jiji)

Elbereth Gilthóniel dijo...

¿Qué tienen de malo los peluches? Mi hermana se irá en breve y al fin tendré una habitación para mi sola. Entrarán más montañas de libros... ¡pero mi P-Chan y mi gatito blanco son sagrados! :P

Ilmendil dijo...

¡Es que lo de mi hermana se parecía más a un zoo que a otra cosa!
Y que conste que yo aún conservo el primer osito rosa que mi padre me regaló (pegotes de pegamente incluido ^^UU) y algún otro sentimentalmente imprescindible.