jueves, 19 de junio de 2008

Fiate tú de los estereotipos.

Mi edificio tiene una plaza, placita o sitio con poyetes donde sentarse. Y como era lógico también tiene su propio gupo de macarrillas- liaporros- bebelitronas adjunto.
Mi sorpresa fue cuando el otro día salí de mi casa una mañana en día laborable ( por una congunción de los astros estaba de turno de tarde) y los ví sentados calentando el baquillo.
Mi sorpresa fue cuando ví que estaban reunidos en torno a un ajedrez y me dije a mi misma, mira tú que cosas.
Fui al banco, al Mercadona a alucinar con las estanterías vacías y por la tarde me fui a currar.
A eso de las diez y media cuando llegué a casa aún seguían allí vigilando que nadie se llevara los bancos. Camisetas bakalaeras, gorras caladas hasta las cejas, litrona en mano y un Risk.
Subí a casa alucinada para contárselo a Aüle.
Dos días después habían cambiado la conquista del mundo por las cartas del Magic.
Ahora definitivamente me caen mejor.

1 comentario:

Oloman dijo...

Efectivamente, de entre otras cosas, uno no se puede fiar de los estereotipos. En contra del dicho, l primera impresion no es la que vale.