Corremos

Corremos, corremos hacia delante con el corazón latiendo en la boca. Solo paramos para reir, de modo entrecortado, mientras nos falta la respiración y nuestro equilibrio se tambalea.
La vida a veces es así. Durante años transcurren siglos. El tiempo se dilata y la vida pasa cavando surcos en nuestro interior, profundos y propios.
Luego llega el momento. Ese punto inesperado en el que te vuelves profeta y lo sabes. Que desde ese instante las cosas van a ir deprisa y dentro de un año, seis meses, no te reconocerás porque serás esa por la que tanto esperaste.
Y mientras todo pasa lo paldeas golosamente. Regodeandote de la cara que te muestra la fortuna.
Y corres apretando su mano mientras ries para tí, ries para él y para todo el que se cruza en tu camino.