lunes, 22 de mayo de 2006

De una pieza por la gracia de Eru

Si una tía oxigenada hasta las cejas y al volante de un todoterreno/tanque de ciudad se salta el semáforo que tú tan pacientemente has esperado que se ponga en verde y además te sonríe de oreja a oreja con sus labios siliconados mientras casi te atropella (mientras ya estabas cruzando), una tiene todo el derecho moral del mundo de sacar el boken del bolso y hacer que se le indigesten los pendientes.
Y si además veinte minutos antes otro coche ( y los dos que le seguían) ha estado a puntito de hacerte lo mismo ( pero sin sonrisa) en otro paso de cebra, de encabezar un movimiento ciudadano para que instalen pinchos de veinte centímetros en los semáforos que salgan cada vez que se pone rojo para los conductores.
Joder, es que si vas andado a cualquier parte en esta ciudad te estás jugando la vida de mal manera.


Ilmendil, en tres dimensiones de milagro.

2 comentarios:

Narquelië dijo...

weno a mi la última vez que me paso eso al menos la tia hizo un gesto de susto (más que yo) en plan "ostiasss que casi la atropello" porque además iba rapidísima, yo cuando oí chirriar las ruedas y me veo el coche parar a un palmo de mi, me gire, le di un puñetazo con todas mis fuerzas en el capo y le dije de todo ^^

sí, soy una dama

Ilmendil dijo...

Aquí la guapa del otro día ni se le ocurrió pisar el freno y a lo único que atiné fue a pegar un salto hacia atrás con doble mortal incluido hop...hop...

Ilmendil, acróbata superviviente.