Una máxima de mi vida, "Errar es de hombres, rectificar de sabios".
Estoy demasiado acostumbrada a convivir con personas que no se equivocan NUNCA y que por supuesto no conocen el significado de pedir perdón y en consecuencia mantienen las decisiones fruto de su testarudez hasta el final y sin importar las consecuencias. Normalmente seguidas de la expresión "¡¡Por mis huevos!!".
Pues yo intento todo lo que puedo no parecerme a ellos aunque tenga la desgracia de compartir sus genes por jugarretas del destino.
Una persona que admite haberse equivocado se hace más sabio al reconocerlo y más comprensivo con los demás pero eso desgraciadamente es una recompensa que algunos no están dispuestos a obtener.
jueves, 18 de mayo de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Acuerdate de lo del junco... eres un juncoooo... mecido por la brisa.... aaaaooooaaaaaaaaa...
Venga cielo, no te quemes más de lo necesario. Por mucho que pataleen, sabes que ya perdieron la batalla hace mucho tiempo.
Aulë
por algún extraño motivo (bueno no tan extraño) te entiendo a la perfección
mucho animo preciosa!
No, si a este paso lo que me queda ya es vestir una túnica y meterme a meditar debajo de una cascada.
¿Alguien conoce alguna por aquí cerquita o me tengo que ir a los Cinco Picos de Chica con el Viejo Maestro?
Ommmmm
Publicar un comentario