jueves, 8 de septiembre de 2011

Con la teta hemos topado.

Si había una cosa que tuve claro durante todo el embarazo es que por encima de todo quería amamantar a mi hija. Nunca, ni por un solo momento me angustié por el momento del parto o porque me doliera, o por la epidural o por una posible cesárea. De algún modo estaba preparada para todo eso. Claro, que una contaba con cierta ventaja porque todo eso lo había visto antes y el saber es poder.
Sin embargo dar el pecho era otro cantar.
A la mayoría de la gente de mi generación nos criaron con biberón y si os digo la verdad nadie de mi entorno había dado el pecho hasta que hace año y medio una buena amiga tuvo a su bebé.
Así que cuando solo tenía un garbancito en mi barriga expuse a los cuatro vientos que... "Yo iba a dar el pecho". Y claro...¿qué te responde la gente de tu alrededor cuando oye eso?.
- Bueno, eso será si puedes porque yo... bla bla bla bla....

Yo ya sabía que era difícil pero si por mis parroquianas hubiese sido mi generación hubiese muerto de inanición.¡NADIE pudo da el pecho!. Y no me extraña. Diez minutos en cada pecho cada tres horas, vamos hombre... que bebé se alimenta con eso. Normal que todas cuenten que no les subía la leche, que los bebés se quedaban con hambre, que se les retiraba en seguida la leche, etc...

Cuando se acercaba la fecha del parto yo ya vivía el tema con cierta angustia porque todo el mundo se empeñaba en decirme precisamente que no me obsesionara. Todas me preparaban para una decepción, para el fracaso pero ninguna me animaba realmente a intentarlo. Perdón, miento si digo eso. La amiga de la que hablaba antes y que amamantó a su bebé hasta los once meses fue y es el espejo en el que me miro. Gracias Patri por tu apoyo entonces y ahora. Tú sabes que eres mi ejemplo a seguir y si no lo sabes pues ya está dicho.

Es cierto que fue duro porque mi niña dormía mucho los primeros días y costaba dios y ayuda despertarla para que comiera y que nunca estás realmente segura de lo que come porque oye... con la teta no ves como se vacía el bibe pero como su madre es más terca que una mula se la puso al pecho tres minutos después de nacer en el mismo paritorio y timidamente se enganchó por primera vez.

Las primeras semanas fueron infernales porque como todos los bebés mi niña perdió peso después de nacer y eso alarmó a tooooda la familia. En plena subida de la leche y recuperandome aún del parto me tocó plantarme cuál Juana de Arco frente a los ingleses y negarme a darle un biberón a mi hija si no era absolutamente necesario y yo sabía que mi bebé no pasaba hambre.
Efectivamente mi bichito recuperó el peso perdido y siguió engordando hasta ganar los muslos regordetes que tiene hoy.

Casi cuatro meses después sigue siendo duro a veces y el tema del sacaleches es bastante más duro ya que estoy preparando mi propio banco de leche para cuando vuelva a trabajar ( estamos en tiempo de descuento me temo) pero la felicidad de saber que le doy a mi hija lo mejor que puedo ofrecerle y los momentos que vivimos juntas lo merecen.

De momento esta es mi cruzada particular y creo que juntas hemos salvado el primer gran escollo que fue instaurar la lactancia. Dentro de poco llegará otro, mantenerla cuando me incorpore al trabajo pero pasito a pasito vamos trabajando en ello.

Así que si alguna futura mami me lee solo os digo que lo intentéis con todas vuestras fuerzas porque el instinto os dirá lo que es mejor para vuestros bebés.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He de decir... que creo que yo, a pesar de que no pude, porque no tuve el apoyo que has tenido tú... siempre te he dicho que adelante, que si podías... aprovecharas la oportunidad que yo no pude.... Sabe dios que si hubiera podido... aún ahora seguiría dándole el pecho, porque no te imaginas cómo me dolió cuando hace un par de meses ella descubrió mi pecho de nuevo, y ni por asomo se acordaba de para qué era, cogió mi pezón, lo estrujó y se partía de risa moviéndolo, porque claro... ella no tiene, y su papá tampoco... era toda una novedad.... Siempre has tenido todo mi apoyo con el tema de la lactancia....

Ilmendil dijo...

Ya lo se preciosa. El tema de la teta nos duele a las madres de un modo muy profundo. De lo más doloroso que me han dicho nunca es que "mi leche no valía" y aquel día casi se me saltan las lagrimas. Puedo contar con los dedos de una mano la gente que ha sido respetuosa y me ha apoyado. La mayoría de la gente desconoce muchas cosas y se guía por el miedo a que el bebé no coma lo suficiente. Quizás no pudiste darle el pecho a tu niña pero salta a la vista lo grande que está y el añito tan magnífico que va a cumplir. Un besote.