domingo, 17 de diciembre de 2006

El Ilusionista

A veces me da la sensación de que dedico muchas entradas a comentar los libros que leo o a las películas que veo pero es que pienso que uno de los placeres más gratificantes de la vida es compartir una buena historia con alguien.
No puedo evitarlo, desde niña me ha pasado. Aún ahora siempre que termino un libro me quedo durante un tiempo enganchada de su "esencia" hasta que uno o dos días después me libero y puedo pasar página.
No sé, quizás sea una manera de interiorizar lo que me ha inspirado la historia pero me encanta esa sensación.

Así que siguiendo con tan buena costumbre os recomiendo una película. "El Ilusionista" de Neil Burger.
Sinceramente, creo que estamos teniendo una magnífica racha con las películas que están estrenando, para placer nuestro y dolor de nuestro bolsillo. Pero es que esta es una película de las que se merecen que nos sentemos en una butaca de cine para disfrutarla.


Primera baza a su favor, Edward Norton. ¿Acaso hay algo más que añadir?.
Bueno...vale, seré más explicita.
Norton es Eisenheim, un magnífico ilusionista que está revolucionando la Viena de principios del s.XX con sus sorprendentes espectáculos.
Es emocionante verle actuar porque desprende tanta intensidad que con solo una mirada hace que el corazón se te encoja en un puño.


Segunda baza y además de mucho peso. La maravillosa actuación de Paul Giamatti como Url es soberbia.
Simplemente la última escena de este hombre se merece un Oscar sin posibilidad de discusión.
Mirarle a la cara mientras habla es un espectáculo ya que por sencilla que pueda ser su frase sus expresiones le dan mil significados. Con esta película ha pasado directamente a mi altar personal.


Y por último Jessica Biel como Shopie Von Thescher. Su cara me sonaba de alguna serie familiar y poco más. Sin embargo ha demostrado que además de guapa, que la muchacha lo es y mucho, consigue que dos actores como los anteriores no se la merienden con patatas. Y eso en este caso es mucho decir.


Creo que se nota a estas alturas que la película me ha encantado. Merece la pena ir a verla solo por ver las escenas de Norton y Giamatti.

Lo único malo ha sido que siguiendo mi mala costumbre de joderme las películas a los tres cuartos de hora ya me imaginaba el final. No es que sea algo obvio pero es que lo mio se está convirtiendo ya en mi pequeña maldición particular. Y si no les suena la historia, revisen los clásicos.

P.D: Siguiendo otra constumbre mía ahora Edward Norton me mira desde mi fondo de pantalla.^^

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí. La escena final en la estación donde Paul Giamatti descubre todo el pastel y se le desencaja la cara de pura ilusión como a un niño y no sabes si se va a liar a aplaudir él solo, a llorar de emoción, o las dos cosas es sencillamente espectacular. Maravillosa. Yo tambien soy su fan xD.

Aulë

Eleder dijo...

¡Me encantó!

Jo, hay gente que es bastante tibia con esta película, pero a mí me gustó mucho... sin pretender ser una obra maestra funciona perfectamente :)

Elbereth Gilthóniel dijo...

Me uno a tu comentario Imendil. ¡Me encantó! Y se la estoy recomendando a todo aquel que pillo. Genial. Además al principio de la película me pasó algo que hacía mucho no me pasaba con el cine: reaccionar como una niña. Cuando empieza a hacer los trucos de magia, estaba alucinando, se me escaparon un par de ¡ooohhh! ^^ Me encanta.

Ilmendil dijo...

Eleder: El problema es de las películas que "pretenden" ser una obra maestra nada más estrenarse. Las que van con muchas pretensiones normalmente se quedan en pobres intentos que nadie recordará después de un par de años. Esta película es una historia de amor vista mil y una vez y aún así bien contada.

Elbereth: Si es que todos llevamos un niño dentro queramos reconocerlo o no. Y además creo que los que lo dejamos salir de vez en cuando somos más felices.^^