lunes, 18 de julio de 2005

"El club Dumas"

Uno de mis buenos propósitos para este verano era leer todo lo que los exámenes no me habían dejado.
Llevaba meses con un "mono" que no me aguantaba y en cuestión de libros yo no puedo pasar sin mi dosis.

Después del picotazo rápido que supuso "El Código Da Vinci" y del mal sabor de boca que me dejó decidí tomármelo con más calma y le pedí a Aldawen que me recomendara alguno.
Me dejó "El club Dumas" de Arturo Pérez Reverte y yo me dispuse con mi mejor intención a disfrutarlo.

Antes que nada quizás debería comentaros que con Pérez Reverte yo tengo una extraña relación de amor-hastío.
Durante algún tiempo leí mucho de su obra y algunos de sus libros de entonces me encantaron."El Maestro de Esgrima","Territorio Comanche", "La Piel del Tambor"...
Pero con la serie de "El Capitán Alatriste" no conseguí apasionarme con la historia ni con los personajes y poco a poco le fui abandonando, olvidado en un rincón como el arpa del poema que aún de vez en cuando hacía sonar sus cuerdas para recordar que no había desaparecido del todo.
Volví a intentarlo con "La Carta Esférica" ya que como una parte transcurría en Cartagena me picaba la curiosidad. No consiguió emocionarme pero tras estos tres años estudiando en el barrio donde termina la trama sigo acordándome del libro cada vez que paso frente a la pensión "La Rosa".
Caprichos del destino también conocí a uno de sus protagonistas o eso me dijeron, el que llamaba "El Piloto". Estaba ingresado en el hospital donde yo hacía mis primeras prácticas, viejo, con una gran barba blanca y con muy mala leche.
Solo me enteré de quien era después de que le dieran el alta y meses después me contaron que había muerto.

Un amigo me pasó hace un par de veranos "La reina del Sur" y me reconcilié un poquito con él pero con "El club Dumas" ha vuelto a dejarme fría.
Todos me lo recomendaban como un buen libro y coincidían en decirme que, gracias a dios, no tenía nada que ver con la película de "La novena puerta".
Esto último puedo ahora también afirmarlo pero quitando ese descanso no me quedo con ninguna satisfacción.

Los personajes me parecen los mismos que siempre.
Un hombre maduro, curtido, vagabundo y apátrida de tierra y oficios dispares siempre acompañado por un pasado oscuro y solitario que lo convierte en un imán taciturno y silencioso para los lectores.
Ellas son siempre igual de enigmáticas, distantes y perturbadoras, capaces de ser la perdición de un hombre.
En todas hay siempre un rasgo en el que el protagonista se pierde en mitad de sus ensueños.
Los ojos translúcidos de Irene Adler en "El Club Dumas", la piel pecosa de Tánger en "La Carta Esférica" y si no recuerdo mal la piel morena y los dientes blancos de la aristócrata andaluza de "La piel del Tambor".

Al menos es de agradecerle el buen gusto de que ninguna luzca melenas rubias, ojos azules y cuerpo de modelo embutido en escotadísimos vestidos y subidas en altos tacones de aguja.
Lo bueno de las protagonistas de Pérez Reverte es que te las podrías encontrar en mitad de la calle y seguramente no te fijarías en ellas. Son, al menos en apariencia, mujeres normales capaces de seducir sin un cuerpo de escándalo y sin aspavientos de femme fatale o de lolita indefensa.

Ahora que me doy cuenta se suponía que esto era un crítica de "El club Dumas" pero me parece que a pesar de que no me ha gustado creo que la culpa la tiene la película porque esa si que es mala de veras.

Quizás me anime y lo intente de nuevo con Alatriste ya que están rodando la película y los actores parecen interesantes.
Si no lo consigo siempre me queda mi ejemplar de "Patente de Corso" firmado por Arturo. ; P

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